La cibercondría, denominada también hipocondría digital, se refiere a la tendencia compulsiva de buscar información médica en internet, lo cual puede desencadenar ansiedad. Este fenómeno ha surgido con la proliferación de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC). La búsqueda obsesiva de información sobre salud en línea puede tener un impacto significativo en la vida diaria de quienes la experimentan.
Los síntomas de la cibercondría incluyen una frecuente exploración de la web en busca de información médica, con la esperanza de encontrar alivio o tranquilidad. Sin embargo, esta búsqueda puede generar aún más ansiedad y preocupación, creando un ciclo de comportamiento compulsivo. En muchos casos, este patrón de búsqueda obsesiva está relacionado con una percepción exagerada del riesgo de tener una enfermedad grave.
Diversos factores contribuyen a la cibercondría, entre ellos, la facilidad de acceso a una amplia gama de información médica en línea y el sesgo de confirmación, donde las personas tienden a enfocarse únicamente en los síntomas que confirman sus preocupaciones de salud, ignorando aquellos que no coinciden. Además, la ansiedad y el miedo a tener una enfermedad juegan un papel importante en el desarrollo y mantenimiento de este trastorno.
Es importante diferenciar la cibercondría de la hipocondría tradicional. Mientras que en la hipocondría los individuos creen firmemente tener una enfermedad grave sin evidencia médica, en la cibercondría se busca activamente información sobre síntomas experimentados, lo que aumenta la ansiedad y la preocupación por la salud. Ambos trastornos comparten una preocupación excesiva por la salud, pero difieren en la forma en que se manifiestan.
Las consecuencias de la cibercondría pueden ser graves, incluida la exacerbación de la ansiedad, la autodiagnóstico erróneo y la automedicación. El acceso ilimitado a información médica en línea puede llevar a una percepción distorsionada de los síntomas y a decisiones de salud potencialmente peligrosas. Por lo tanto, es fundamental abordar este trastorno de manera adecuada, preferiblemente con la ayuda de un profesional de la salud mental.
